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2x Praliné lait
2x Ganache noisette
1x Ganache miel de châtaignier
2x Gianduja Blanc
2x Praliné de coco
2x Ganache moka blanc
2x Crême Manon
2x Ganache brésilienne
2x Praliné croquant
1x Cecile Massart - Ganache à la cacahuète
Contenido
Como un beso tierno, la gianduia se funde sobre la lengua para dar lugar a una delicada pasta de avellanas mezclada a una untuosa crema.
Este praliné con acentos dinámicos y elegantes contiene una pasta de avellanas pura y compacta, amenizada con arroz inflado para hacerla crocante.
Dentro de un praliné con diseños geométricos muy definidos, se descubre una pasta de avellanas pura y compacta, aromatizada con una fina ralladura de coco.
Este praliné se presenta como un arabesco a la oriental. El chocolate con leche encierra una pasta de avellanas pura y compacta. Su sabor más clásico le permite a usted degustarlo como un placer goloso a lo largo de todo el día.
El ojo opaco de chocolate blanco envuelve un ganache de moka untuoso, de sabor sutil pero intenso, recordando al célebre y sofisticado café. Este praliné lo acompañará en su pausa de café con dulzura y delicadeza.
Al morder, el aroma de las avellanas toma literalmente posesión de las narinas. Simultáneamente, todo el sabor de las avellanas se impregna delicadamente en el chocolate para despertar los sentidos
Los sabores otoñales habitan plenamente este praliné. Las avellanas complementan la miel de castaño brindándole al ganache un sabor a madera, intenso y persistente.
El secreto de una buena nuez es sumergirla en un praliné. El aerodinamismo estilizado de este Manon lo vuelve único. El gusto familiar de la nuez, aliado a una voluptuosa nata fresca, no lo dejará a usted indiferente.
¡Amantes de las avellanas, disfrutad de este praliné a mordiscos! La textura crujiente de las avellanas les ofrecerá un placer máximo.
Los golosos encontrarán aquí su irresistible pecado antes de las comidas. Si el chocolate con leche intensifica el dulzor del ganache al cacahuete, éste sin embargo, se contrasta con un pequeño toque salado.
El aroma de la avellana inunda nuestro olfato, con cada mordisco. Al mismo tiempo, todo el sabor de la avellana penetra delicadamente en el chocolate para despertar los sentidos.