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4x Ganache noisette (ref. 21)
4x Ganache cacao lait (ref. 16)
4x Ganache à la noix de muscade (ref. 31)
4x Praliné de coco (ref. 13)
2x Praliné au café (ref. 14)
4x Ganache aux noix (ref. 19)
4x Ganache moka blanc (ref. 17)
4x Ganache cacao blanc (ref.41)
5x Crême Manon (ref.48)
Contenido
Dentro de un praliné con diseños geométricos muy definidos, se descubre una pasta de avellanas pura y compacta, aromatizada con una fina ralladura de coco.
Este praliné se presenta como un arabesco a la oriental. El chocolate con leche encierra una pasta de avellanas pura y compacta. Su sabor más clásico le permite a usted degustarlo como un placer goloso a lo largo de todo el día.
Este praliné con acentos dinámicos y elegantes contiene una pasta de avellanas pura y compacta. Aromatizado con café, será el acompañante ideal de vuestro desayuno.
Cuenta la leyenda que el Xocolatl, la lengua de los dioses, era susurrada al oído de Romeo y solo él la comprendía… La intensidad del chocolate se debe a la presencia del polvo de cacao puro que invade el paladar.
El ojo opaco de chocolate blanco envuelve un ganache de moka untuoso, de sabor sutil pero intenso, recordando al célebre y sofisticado café. Este praliné lo acompañará en su pausa de café con dulzura y delicadeza.
Este delicioso praliné nace de la unión entre lo amargo del cacao y la dulzura de la nuez. El ganache está sembrado de nueces finamente picadas que crujen en silencio al morder.
Al morder, el aroma de las avellanas toma literalmente posesión de las narinas. Simultáneamente, todo el sabor de las avellanas se impregna delicadamente en el chocolate para despertar los sentidos
Los sabores dulces y azucarados del chocolate con leche se equilibran con una pasta de avellanas con nuez moscada, especia muy aromática cuyo gusto se asemeja a la pimienta de Cayena. Todo se funde durante la degustación.
¡El praliné no solo tiene la forma de una mazorca, si no el gusto! El relleno de chocolate negro ligeramente amargo contrasta fuertemente con la dulzura del chocolate blanco.
El secreto de una buena nuez es sumergirla en un praliné. El aerodinamismo estilizado de este Manon lo vuelve único. El gusto familiar de la nuez, aliado a una voluptuosa nata fresca, no lo dejará a usted indiferente.